
El otro día, reflexionando sobre el poder y traición del "Señor Tiempo" llegué a la conclusión de que el tiempo, simplemente, no existe.
Veamos, el tiempo subjetivo, es decir el de cada persona desde que nace hasta que muere es una mera fantasía. Como dijo Albert Einstein: " la vida es una mera ilusión, pero una muy persistente." Independientemente del momento de la vida que escojamos, la vida no tiene tiempo. Es el tiempo el que tiene la vida puesto que desde que éste existe hasta que por una posible muerte térmica ( también podría darse un "big rip" o gran desgarre) deje de existir nuestras vidas pertenecen a su inexorable progresión y son tan sólo partes infinitesimales del mismo.
El tiempo no existe debido a la sencilla explicación que voy a exponer a continuación. Cada momento es un fragmento infinitesimal del tiempo que matemáticamente tiende a cero. Por ende todos los momentos de la vida considerados como vivencias aisladas tienden a no existir o no existen por aproximación. Sólo cuando del individualismo y aislamiento de dichos fragmentos los trasladamos a una perspectiva de dinamicidad y agrupamiento y se "hilvanan" unos con otros en un pasado, presente y futuro relativo es cuando si que existe el tiempo en un concepto dinámico y no estático y tendería a un número finito de años de vida o de existencia de reacciones entre moléculas a nivel físico-químico.
Lo mismo ocurre con la llamada paradoja de la flecha.
Un arquero dispara una flecha, pero lo que no sabe es que en verdad esa flecha nunca se mueve, siempre está en reposo. En una fracción infinitesimal ( que tiende a cero en el tiempo) la flecha está parada, inmóvil. Considerando de forma aislada todos estos fragmentos de tiempo el movimiento no existe y por lo tanto la acción no existe y por consiguiente el tiempo no existe. Únicamente existe la progresividad de la flecha o su movimiento si agregamos todos estos "pedazos" de tiempo en un continuo espacio-tiempo.
Por lo tanto, tenía toda la razón el GENIO Calderón de la Barca cuando decía que la vida es sueño y los sueños, sueños son. La vida es tan efímera y el momento al no existir matemáticamente hace que seamos simplemente una ilusión que se prolonga pero que no se puede "atrapar" porque no existe en su momento.
Según la lógica deductiva y el siguiente silogismo llegamos a la conclusión que sigue:
A) El tiempo no existe (premisa mayor)
B) La consciencia es el tiempo (premisa menor)
C) La consciencia no existe ( conclusión)
Nuestra consciencia, debido a su carácter de duración infinitesimal, podría decirse que no existe y la "huella" que deja nuestra vida en las generaciones futuras tras morir , aunque se prolongue más allá de nuestra vida constituiría un mero espejismo breve de existencia, aunque, claro está, sería una "pseudo-existencia". Porque la existencia en nuestras mentes de nuestros seres queridos es intangible y dependiente del funcionamiento del cerebro y en concreto del hipocampo ( sede cerebral del aprendizaje y la memoria) y la amígdala ( sede de la inteligencia emocional y de la memoria emotiva o ligada al sentimiento) y todo esto también tiene una duración finita.